«A propósito de los debates y de la libertad religiosa en la nueva Constitución, una constituyentista ha preguntado qué ha hecho la Iglesia durante la pandemia. Me quedó dando vueltas la pregunta. Es verdad que no nos gusta mostrar lo que hacemos por razones profundas. Pero hicimos muchas cosas que quizá ahora conviene recordar.
Lo primero ha sido estar junto a la gente que lo pasaba mal. Es difícil cuantificar aquello, pero ahora que surge con claridad todo el inmenso tema de las soledades, las depresiones, la angustia del encierro y tantas otras realidades —aún presentes—, miles de personas, sacerdotes, religiosas y laicos, estuvieron allí: con la familia que sufre, con el entubado en los hospitales, con los adultos mayores solos y en la desesperanza.